Cambios. Valores que se van igual que vinieron, organizaciones que se pierden igual que se encontraron. La constancia se trata como un objetivo ansiado, una búsqueda incesante, pero en realidad es una consecuencia temporal. Los proyectos no pasan de una fase a otra a base de talonario, los equipos no forman sus identidades de un día para otro.
Eso precisamente parecía el intento de Movistar Riders y el de MAD Lions hace tan solo un año. Unos en invierno, otros en verano. Unos de azul, otros de rojo. Unos con presentación de puertas hacia fuera y premeditación, otros con sorpresa e improvisación. Unos desde abajo con pies de plomo (aunque poco les duró), otros desde arriba y con toda la carne del asador.
La rivalidad era obvia. Proyectos potentes pero opuestos con un mismo objetivo. Al principio no se formaría ese choque de tendencias, sobre todo porque el público estaba más pendiente del titán que fue Giants cuyos miembros están brillando al máximo nivel en la actualidad. Pero de seguro que entre las organizaciones ya se comenzaban los rumores, los elogios, las críticas… esa habladuría que nunca debería dejar de existir. Esa forma de generar competición sin competir.
Los resultados empezaron a llegar a los aficionados, los cuales se fueron posicionando de un lado o del otro. Del azul o del rojo. Eran buenos momentos para los segundos: primavera de 2018 era su momento de brillar ahora que los gigantes ya no estaban de la misma manera. Previsible su victoria, no tanto su dominio. La existencia de Jorge “Werlyb” Casanovas y Jesús “Falco” Pérez hizo que atraer público fuera más fácil si cabe.
Movistar Riders, en cambio, vacilaba. Extremadamente ambicioso, quería comerse el mundo con un proyecto nunca hecho en España e incluso se podría discutir en Europa. Los diez jugadores dieron más problemas que alegrías, pero ya se sabemos que la historia la cuentan los vencedores. Sus resultados directos contra los leones no obstante estaban protagonizados por empates: la ausencia de victorias por uno u otro bando llevó a un auge de su rivalidad.
Pero en primavera el golpe en la mesa lo puso MAD Lions. La final de Murcia fue la consolidación real de esa rivalidad que se había ido forjando poco a poco por todos los pequeños detalles de choque. Una derrota contundente, un 3 a 0 que no se ha olvidado todavía hoy. Fue demasiado dolorosa, pero… ¿por qué MAD Lions no ha generado una sensación parecida contra Vodafone Giants?
Algunos argumentarán que no es el mismo grupo de jugadores, pero nublan su vista hacia todo lo que rodea el deporte. El contexto es importante. El contexto es el que hace que un jugador decida mantenerse en un proyecto a pesar de que le puedan pagar más o con mayor ambición competitiva. El contexto es el que provoca que Penguins tenga una base de aficionados fiel a pesar de sus mediocres resultados.
Ese contexto se internó en la edición de verano. No es posible entender lo que ha sucedido estos meses sin buscar un trasfondo en primavera. Movistar Riders y MAD Lions han seguido empatando sus enfrentamientos en fase regular, pero los puestos se han invertido. Los leones son ahora los jinetes. La motito, que en su día funcionó pero ahora mismo está averiada.
La temporada de MAD Lions ha sido un fracaso, con un cuarto puesto a última hora que le condena a encontrarse a su rival en Barcelona en vez de Bilbao. Ninguno de los dos hubiera querido esto. Movistar Riders hubiera soñado con un 3 a 0 en el País Vasco y devolver ese sentimiento de frustración a su contrincante. MAD Lions habría querido evitar a los jinetes hasta la final mientras transmitían buenas sensaciones de que se podría hacer la épica por el otro lado de los enfrentamientos.
Incluso a la Liga de Videojuegos Profesional le hubiera venido mejor que este encuentro hubiera sido en Bilbao, aunque no hubiera sido justo deportivamente. ¿Es o no el contexto importante? Pero no, ese enfrentamiento será hoy, 28 de agosto de 2018. Una fecha con muchos ochos, ocho han sido las victorias de Movistar Riders en esta fase regular en vez de nueve, lo que le ha llevado a no mejorar el resultado en primavera de MAD Lions por un punto. Ocho o nueve victorias hubieran sido insignificantes si no fuera por el contexto.
Movistar Riders perdió trágicamente su imbatibilidad en liga contra KIYF, pero no llega al encuentro dañado. Tiene rabia, sed de venganza, quiere estar en una final… y arrebatarle esa posibilidad a MAD Lions es aún más tentador. Los leones quieren callar bocas, demostrar que incluso tras una mala temporada siguen siendo una mejor organización.
Hoy es un día importante para el League of Legends español. Hoy se puede generar una etapa más en una rivalidad que nació para quedarse desde el primer momento. Hablar de «el Clásico» es pretencioso, ni siquiera se puede entender esto como un Real Madrid contra Atlético de Madrid. Un Movistar Riders contra MAD Lions tiene una esencia por sí solo y hoy vive una etapa más. Para el que no se haya dado cuenta todavía, según Sun Tzu, el supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.